jueves, 10 de diciembre de 2009

Entrevista de Poniatowska con el alumno.



En el marco de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, Elena Poniatowska charló con el alumno, Agustín Madrigal Cruz, en torno a diversos temas. Esta fue la entrevista publicada en la edición en línea de Semanario CRÍTICA (http://www.semanariocritica.com/).

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Elena Poniatowska: “A mí no me gustan los políticos”.

Elena Poniatowska, sin duda alguna la escritora mexicana viva más reconocida del siglo XX, asegura que no le simpatizan los políticos, aunque su último libro incluye como personaje a uno que, dice “es para burlarse de los políticos. A mí no me gustan los políticos. No. Me caen gordos”.

Ligada al Proyecto Alternativo de Nación que lidera Andrés Manuel López Obrador (incluso luce durante la entrevista sobre la solapa de su saco el escudo nacional propuesto por el autoproclamado “presidente legítimo”), Elena ha protagonizado también “puestas en escena” del perredista-petista, incluso cuando, asegura, los políticos la tienen, como al resto del país, bastante desilusionada.

“Yo no tengo expectativas. Nunca. No conozco el significado de esa palabra”.

De eso, el dilema de Iztapalapa y Juanito, así como su visión de cómo las instituciones mexicanas actuales poseen poca credibilidad, Poniatowska charló en exclusiva con Semanario CRÍTICA. De lo sucedido en 2006, cuando López Obrador perdió la presidencia y denunció fraude electoral de manera prolongada, dice, podría volverlo a repetir.

- En su último libro aparece un político, vestido de hojalata, ¿son todos los políticos de hojalata?
En aquella época los trajes eran muy brillosos, hubo una época, y siempre decían “¿en qué hojalatería te cortaron el traje?” de tan brillosos. Creo que fue por eso que lo puse. No me acuerdo si fue en la época después de Ruiz Cortines y es para burlarse de los políticos. A mí no me gustan. No. Me caen gordos. Ninguno. No han cambiado, son peor.

¿No tienen salvación? ¿Nunca vamos a tener políticos buenos?
En la medida en que resistamos y nosotros lo solicitemos y los denunciemos, en ese momento sí tendremos políticos buenos.

¿Qué opina de Juanito?
Opino que es una desgracia. Es uno que ya perdió la razón, que no sabe dónde está parado, no tiene la menor capacidad de autocrítica, que además de deshonesto es ladrón. Nada más se piensa en lo que hubiera sido Iztapalapa con Juanito a la cabeza, aunque los que gobernaron antes no fueron peores.

¿Juanito es producto de algo?
Sí, claro, él dice que es producto de lo popular, pero de lo peor de lo popular.

¿Pondría en Andrés Manuel López Obrador una responsabilidad en la creación de esta desgracia?
Él lo agarró así, lo levantó la mano, y le dijo que él iba en vez de Clara Brugada, pero yo creo que Juanito perdió su sentido de la realidad.

Su obra ha sido una mirada curiosa a la realidad mexicana. ¿Cambia esa realidad o cambia usted?
Es una buena pregunta. Yo creo que uno cambia porque los años pasan y todo, pero también el país yo siento que cambia para peor. Somos muy inferiores a nuestro pasado, en vez de estar mejor. En vez de ser mejores somos peores. Yo me acuerdo que a mí me tocó de presidente, cuando yo llegué, creo que era la “colita” de Miguel Alemán, luego estuvo Manuel Ávila Camacho, después estuvo uno que jugaba dominó todo el día y que jugaba dominó debajo de los portales, y que era medio despistado porque iniciaba sus discursos y decía “mexicones”, estaba todo así, pero no creo que haya sido un hombre deshonesto, no hay pruebas de ello. Ya se fueron corrompiendo casi todos, perdiendo la idea del país que tenían entre las manos, que era un país maravilloso y echándolo todo a perder, haciendo todo de tal manera que nosotros nos diéramos cuenta que tener un puesto en el gobierno es una fuente de enriquecimiento seguro. Yo no sé si lo que usted hace de filmar es una fuente de enriquecimiento seguro, pero sí creo que la política es eso.

Usted ha sido testigo de varios proceso de transición, ¿cree en ella?
Pero no hay transición, hay una continuidad bárbara. Y hablo continuidad bárbara porque falló Fox. Fue mucho peor presidente que un presidente del PRI, y entonces nosotros teníamos la esperanza, muchos, puestos en un cambio que nunca se dio.

¿Piensa en el retiro Elena Poniatowska?
¿En el retiro de quién?

¿De su actividad como escritora y periodista?
No, pienso en el retiro de los políticos.

¿El suyo no lo contempla?
(Muy seria) No.

Tras tantas crónicas, vivencias, entrevistados, ¿cree que aún es posible creer en nuestras instituciones?
Es lo mismo que usted me pregunta. Un gobierno que las instituciones están completamente sometidas al poder del político en turno. Es él el que decide. El presidencialismo en nuestro país ha hecho un daño infinito, y sigue haciéndolo y aunque ahora esté resquebrajado porque a Calderón le pegan de todas partes, izquierda, derecha, le pegan los empresarios, todo el mundo lo critica, de todos modos el presidencialismo y el endiosamiento del personaje en turno, del presidente en turno, hace mucho daño.

Después de 2006 y el demandado fallo en la institución electoral, ¿volvería a participar entonces en un proceso democrático como lo hizo con López Obrador?
Sí, claro. Fue una experiencia buena porque fue conocer más de cerca a los mexicanos más pobres y ver que tienen mucho sentido del humor, mucha inteligencia, mucha entereza, son muy creativos para encontrar soluciones, aguantan mucho la lluvia, los insultos. Descubrir su ingenio, su manera de salir de las peores situaciones, para mí fue una gran lección.

¿Tiene usted alguna expectativa con sus libros y escritos?
No. Yo nunca tengo expectativas. No sé lo que son.

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