martes, 15 de diciembre de 2009

Mundo tabladiano


۩ José Juan Tablada, vistazo a su vida…

Por Jennifer Sicarú

Un escritor no sólo literario o poético, sino también crítico y periodista: José Juan de Aguilar Acuña Tablada y Osuna. Mexicano de procedencia, nace en el Distrito Federal el día primero de abril del año 1871. Su infancia y adolescencia rebelde lo colocan en el Colegio Militar, donde desarrolla sus capacidades tanto físicas como intelectuales. Posteriormente, a los 19 años de edad, trabaja en ferrocarriles donde toman forma inicial sus textos prosaicos y poéticos. Comienza a colaborar en El Universal, y gracias a la Revista Moderna, hace un viaje a Japón para publicar sobre arte japonés. Trabajó además como profesor de literatura, comerciante de vinos, autos y terrenos. Fue exiliado del país por apoyar el régimen porfirista. Es en Nueva York donde continúa sus publicaciones y muere el 2 de agosto de 1945.

José Juan Tablada aporta al mundo, en especial al hispanohablante, obras críticas, ensayísticas, dramáticas, poéticas, literarias y periodísticas. Por mencionar algunas de ellas, en poesía desarrolla la forma del haikú para nacionalizarlo de japonés a mexicano. En prosa, sus autobiográficas Memorias, la columna que atacó al régimen anti-releccionista, Tiros al blanco, su novela americana La resurrección de los ídolos y en teatro, para atacar las personalidades maderistas, Madero-Chantecler. Tragicomedia zoológico-política.
Las crónicas tabladianas se desarrollan a finales de los años 30 en México, y es en los años 20 y 40 cuando son elaboradas en Nueva York. Pilar Mandujano, de estudios hispanoamericanos, describe a Tablada como burlón, irónico y mordaz, pero, principalmente, elegante y sutil.

Tablada, en sus muchas crónicas japonesas, periodísticas, artísticas, sociales, mexicanas y personales, nos muestra su fidelidad a la patria mexicana. En la columna En el país del sol de la Revista Moderna, se observa cómo, tanto explícita como implícitamente, nuestro escritor mexicano echa de menos los vestuarios femeninos característicos de México, la comida –sus frijoles y tortillas- estando también de residente en Nueva York.
Por el lado social de los escritos del autor, fue bastante criticado por apoyar a Porfirio Díaz. Tablada prestó su pluma para defender el gobierno en turno, y se valió del humor y la ironía para desacreditar en palabras a los enemigos maderistas y su prensa. Los temas usados por Tablada fueron los de auge en su época: carencia, inflación, huelgas… exhibió las incongruencias sociales, el deterioro moral de la mayoría de los mexicanos y arremetió inclusive contra la nueva arquitectura que era adherida en el porfiriato (influencia e importación de arte extranjero, en especial de Francia). Mandujano asegura que el conjunto de sus crónicas podrían ser un compendio a la comicidad político-administrativa, social y cultural presentada a finales de los 30 en México. Fue así como Tablada empleó el humor para dirigirse al medio cultural del periodo modernista mexicano, evadiendo compromisos políticos al tratar asuntos trascendentales del país.

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