jueves, 10 de diciembre de 2009

ReNuCiA OnTolóGiCa.


Nunca me he sentido orgulloso ni plenamente identificado con la especie animal a la que pertenezco, por lo que ahora, ya harto, renuncio a la posición erecta que solo ha permitido al hombre destacarse, enseñoreado y victorioso, sobre un montón de cadáveres; renuncio a la facultad racional que sirve para el cálculo y la estrategia de la guerra, y renuncio a la pretendidamente sublime cultura de los hombres, porque al final de cuentas no nos ha hecho mejores: milenios de civilizaciones no nos cambiaron: seguimos siendo los mismos caínes de costumbre, auque hoy en vez de quijadas usemos misiles. Desde ahora, como no puedo volar andaré a cuatro patas, como no puedo impedir que mi razón siga relacionando hilaré, en protesta, únicamente sueños. Soy el primer ejemplar de una nueva especie ontológica de desertores.

Filosofía para inconformes

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